EL VERDADERO COMPROMISO

SOBRE NOSOTROS

Un equipo comprometido con nuestro entorno

El objetivo primordial del proyecto es alcanzar la soberanía energética e hídrica antes de 2030, mediante fuentes 100% renovables y soluciones sostenibles adaptadas a un territorio insular pequeño, frágil y singular. Pero El Sol de La Graciosa es más que energía: es un modelo de comunidad consciente, participativa y resiliente que aspira a proteger su entorno natural, mejorar la calidad de vida de sus habitantes y servir de ejemplo para otras islas de Europa y el mundo.

El Sol de La Graciosa es una estructura comunitaria sin ánimo de lucro formada por vecinas y vecinos permanentes de la isla, técnicos ambientales, ingenieros, especialistas en sostenibilidad y agentes locales comprometidos con el futuro de La Graciosa. Nos organizamos de manera participativa, a través de plenos abiertos y periódicos, donde cualquier persona censada puede formar parte activa del proceso. Esta iniciativa se enmarca dentro de los proyectos europeos de transición energética y tiene como meta convertir a La Graciosa en un referente internacional de sostenibilidad insular.

La isla, la octava habitada de Canarias, se enfrenta a una doble condición: por un lado, ser un entorno natural protegido dentro del Parque Natural del Archipiélago Chinijo; por otro, depender estructuralmente del suministro externo de energía e hídrica desde Lanzarote. Esta dependencia, unida a la fragilidad del ecosistema local y a la creciente presión humana, turística y climática, ha generado la necesidad urgente de encontrar un modelo alternativo que garantice el equilibrio entre desarrollo y conservación.

Frente a este reto, el equipo de El Sol de La Graciosa está compuesto por una combinación sólida de talento local y apoyo especializado externo. Contamos con miembros de la comunidad energética que aportan un conocimiento íntimo del territorio y la cultura local, así como con profesionales de distintos entornos que enriquecen el proyecto con su experiencia y perspectiva técnica.

Nuestro contactos y apoyos incluyen especialistas en energías renovables, gestores medioambientales, ingenieros eléctricos, expertos en agua y biodiversidad, junto con colaboradores provenientes de ámbitos regionales y nacionales comprometidos con la sostenibilidad. Esta diversidad es una fortaleza: fusionamos el conocimiento técnico con el arraigo al territorio y una profunda sensibilidad hacia los valores culturales y naturales de La Graciosa.

¿Por qué?

Entender La Graciosa es entender su aislamiento, su belleza frágil y su identidad única. No es lo mismo impulsar una Comunidad Energética en una gran ciudad como Madrid, con infraestructuras desarrolladas, conectividad plena y grandes recursos técnicos, que hacerlo en una isla pequeña, protegida y de difícil acceso como La Graciosa. Incluso dentro del propio archipiélago canario, los retos aquí son distintos a los de islas mayores como Gran Canaria o Tenerife, o incluso grandes ciudades, donde existen plantas eléctricas, redes de transporte más extensas y apoyo técnico constante.

Aquí cada acción tiene un impacto directo sobre el entorno. Cada decisión debe sopesar no solo el beneficio humano, sino la huella que deja en un ecosistema que es Reserva Marina y Parque Natural. Esta condición impone restricciones, pero también eleva nuestra responsabilidad. En La Graciosa, no se puede improvisar: cualquier error cuesta demasiado, para la naturaleza y para la comunidad.

Nuestra historia energética e hídrica ha estado marcada por la dependencia externa, por el elevado coste de la energía importada desde Lanzarote, por infraestructuras que no se adaptan a las nuevas exigencias climáticas ni sociales. Por eso, hablar de soberanía energética aquí no es un lujo ni una opción técnica: es una necesidad urgente para garantizar la permanencia, la dignidad y la sostenibilidad de la vida en la isla.

Las dificultades son reales: ausencia de red eléctrica robusta, limitada autonomía logística, conservación ambiental estricta. Pero también lo son nuestras fortalezas: un tejido social comprometido, un entorno natural privilegiado y una comunidad con voluntad de ser referente europeo de sostenibilidad en territorios frágiles.

Este es el “por qué” de El Sol de La Graciosa: porque aquí, más que en ningún otro lugar, todo importa. Porque si es posible aquí, lo será en cualquier otro lugar del mundo.

En la actualidad cerca del 80% de la energía media de las Islas Canarias se obtiene quemando combustibles fósiles, y en el caso de Lanzarote y La Graciosa, en torno al 90%

Un grupo de personas, apoyadas por prestigiosos expertos y entidades especializadas de Canarias en materia energética y ambiental, han constituido la primera Comunidad Energética de La Graciosa, denominada "Asociación El Sol de La Graciosa Comunidad Energética"

Saluda del Presidente

Dicen que algunas islas nacen del fuego, pero La Graciosa despierta del sol.

No somos un proyecto, somos una posibilidad. Una posibilidad real —aquí y ahora— de hacer historia desde la humildad de una comunidad pequeña que se atreve a pensar en grande. Porque cuando el viento sopla fuerte en mar abierto, solo quienes conocen bien su rumbo son capaces de alzar las velas.

En El Sol de La Graciosa no hablamos de futuro: lo diseñamos. Somos personas comunes habitando un lugar extraordinario. No esperamos soluciones: las prototipamos. Conectamos placas solares y voluntades, inteligencia colectiva y tecnologías limpias, ciencia y tradición. Todo para una sola misión: que esta isla no solo brille por fuera, sino también desde dentro.

Si has llegado hasta aquí buscando respuestas, quizás es porque ya intuías que otra forma de habitar el mundo es posible. Te invitamos a construirla con nosotras y nosotros. Porque el verdadero lujo no es tener más, sino depender menos. Y en La Graciosa, lo verdaderamente valiente es decidir que la belleza también se puede proteger.

Bienvenida, bienvenido a este lugar donde cada rayo de sol es una revolución.

Nahum Cabrera Betancort
Presidente de El Sol de La Graciosa